aviacion durante la primera guerra mundial

En la Primera Guerra Mundial, la aviación se usó para hallar tres objetivos: reconocimiento, bombardeo y exterminio de aeroplanos contrincantes. Las primordiales potencias mundiales han logrado enormes desenlaces en la realización de operaciones de combate con el apoyo de la aviación.

Observación Como se mentó previamente, el reconocimiento fue el primer papel cubierto por el avión a lo largo de la Primera Guerra Mundial. El escepticismo de los en general en lo que se refiere a su empleo operacional fue mitigado por las enseñanzas derivadas del empleo de globos como punto de observación a lo largo de la Guerra Civil De america. El avión, en verdad, fue visto por los pocos seguidores como una manera de prolongar y prosperar las opciones de la pelota, que se encontraba, por poner un ejemplo, limitada por la imposibilidad de ver qué había tras una colina, y por la muy poca elasticidad de empleo y velocidad de movimiento.

El caza de combate

Los británicos habían experimentado con la iniciativa del caza de combate en 1911, pero generaron un modelo en avión y artillero, pesado y poco maniobrable. Pero quienes al final se transformaron en cazas de combate eran los aeroplanos utilizados ​​para el reconocimiento: monoplaza, rápidos y con motores poderosos pero para llevar solo a un individuo. Próximamente comenzó a pensarse en maneras de mejorarlos y también incluirles armas. El intelecto militar era clave para el buen avance de las operaciones terrestres; derruir los aviones podía diferenciarse. La cuestión era de qué manera. De a poco aumentaron la capacidad de los motores, dando origen a fuselajes mucho más resistentes y cargas mucho más pesadas (mucho más tripulación, bombas y armas). De cualquier manera, hasta la primavera de 1915 todo lo mencionado se proseguía realizando de manera tosca, con fusiles, pistolas y lanzando las bombas con la mano.

Fueron los franceses los primeros en desarrollar un sistema parcialmente aceptable para disparar desde los aeroplanos. En verdad, hasta la llegada de los Fokker alemanes, Francia fue la que llevó a la idea a la carrera tecnológica. En contra tuvo una menor producción que Alemania y peor organización, eso y que los germánicos les superaron un óptimo sistema de tiro. Desde 1914 el ingeniero francés Raymond Saulnier desarrolló un mecanismo para acompasar las ametralladoras montadas con las hélices de los aeroplanos. Hasta el momento se habían intentado acoplar al ala para no deteriorar las zapas de los biplanos, o en el de adelante a fin de que los pilotos apuntaran mejor y sostuviera el control de la aeronave, sin éxito alguno.

La guerra como motor del avance

La Primera Guerra Mundial fue una vigorosa fuerza impulsora del avance de la aviación. Los gobiernos han entregado una esencial financiación para desarrollar nuevos modelos de aeronaves. Estos proyectos llevaron asimismo al avance de varios modelos viejos mejorados. Desde ese momento, la producción de aeroplanos se convirtió en un negocio productivo.

Al comienzo de la guerra, solo había un género de avión de guerra militar: el avión de contestación o reconocimiento. A fines de la guerra, la aviación militar se dividió en múltiples conjuntos: cazas, bombarderos, aeroplanos de ataque, etcétera. Cambiaban en tamaño, número de motores, tamaño de la tripulación y también instalación de equipos concretos: fuego, bombarderos, navegación.

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