BMW se convirtió, por méritos propios, en entre las fabricantes con mayor trayectoria en el planeta no solo del automóvil, sino más bien asimismo en el de la competición. No obstante, lo que varios no tienen idea es que la firma muniquesa no nació en el planeta de las 4 ruedas, sino hay que buscar sus orígenes en la industria aeronáutica.
Exactamente fue Rapp Motorenwenke GmbH, la compañía que marca los primeros pasos históricos del enorme alemán, en un caso así como desarrollador de motores de avión. Ahora en 1917, la marca cambiará de nombre a Bayerische Motorenwenke, cuya abreviatura, BMW, sigue hasta hoy. Su dedicación a la aeronáutica seguiría hasta el Tratado de Versalles de 1919, que ponía fin a la I Guerra Mundial, y que forzaba a la marca a cesar en su producción militar. Frente al peligro de desaparición, BMW decidió comenzar a desarrollar motos y, más tarde, automóviles.
4 motores
Lotus Y también-R9 va a contar con 4 motores eléctricos, lo que le dará tracción total. Esto dejará una vectorización del par considerablemente más eficaz en comparación con un turismo con motor de combustión.
Porsche y su aventura con la aeronáutica
En verdad, el primer avance de Ferdinand Porsche fue un motor de seis tubos refrigerado por aire que le abrió las puertas a su doctorado conseguido por logros en aeronáu en vez de en la industria automotriz. Una vez terminada este primer acercamiento al planeta de las naves, la que coincidió con la publicación oficial del Porsche 911, la firma alemana decidió regresar a ingresar en el mercado de los aeroplanos en la década de 1980, comenzando con el mayor avance de motores derivados de lo que impulsaba en 911 de la temporada.
Los propulsores funcionaban a mayor agilidad que la mayor parte de los que se diseñaban para los aeroplanos, con lo que los ingenieros debieron utilizar un engranaje de reducción para lograr impulsar las hélices recurrentes. La elevada agilidad de trabajo quería decir que el motor era mucho más despacio y asimismo se instaló un silenciador que le hacía mucho más sigiloso. Tenía 3,2 litros de aptitud en un bloque bóxer de seis tubos, al tiempo que existían 2 variaciones: la de aspiración natural con 210 CV y la pertrechada con un turbo Garrett con 240 CV.
Rivalidad con Mercedes-Benz
No obstante, la vuelta a los turismos estuvo a puntito de terminar finalmente con la marca. La prisa por recobrar el prestigio de otrora y la dura rivalidad de Mercedes forzaron en un inicio a BMW a desarrollar enormes y caras berlinas con motores V8 fuera del alcance de la mayor parte. Una insolencia que próximo estuvo de precipitarla en la ruina y que forzó a replantearse su estrategia.
Entonces, BMW volvió a procurarlo, pero por el radical contrario. Lanza en 1955 Isetta, un microcoche que sería popular en España como el Huevo. No obstante, ahora pesar de agregar mucho más de 160.000 ventas, los desenlaces financieros de la compañía empeoraron y prosiguieron siendo negativos.