Fue culpado a la horca por el tribunal de Nuremberg, pero el jerarca nazi logró tomar antes una pastilla de cianuro. Su historia como un óptimo vivant, sus descalabros militares y el instante en que estuvo a puntito de ser el sustituto de Hitler.
En 1921, en Múnich, procuró estudiar Ciencias Políticas. Pero tropezó con Hitler: quedó deslumbrado por el poder de la palabra, por el verbo encendido del joven agitador. Le ha dicho entonces a su mujer: “Proseguiré a Hitler en cuerpo y alma”. Su mujer era la baronesa Carin von Kantzow, con la que se había casado en el mes de febrero de 1922. anticomunista que merecía el acompañamiento estadounidense. No bastante tras asumir la presidencia (enero de 1981), Reagan levantó las sanciones que la administración Carter había impuesto al régimen militar por su compromiso en la bomba que logró explotar el coche en el que viajaban el ex- embajador chileno a Washington Orlando Letelier y su compañero Ronni Karpen Moffitt. Los dos perdieron la vida. Reagan, en cambio, envió a Chile a su embajadora frente ONU, Jeane Kirkpatrick, a reunirse con Pinochet y “expresarle el deseo de mi gobierno de normalizar totalmente las relaciones con Chile.”
En contraste al presidente Jimmy Carter, la novedosa administración no lo presionaría mucho más por las violaciones a los derechos humanos. Pinochet interpretó el acompañamiento que le volvía a ofrecer Washington como una reivindicación y ratificación de su régimen. En un alegato unos meses tras la decisión de Reagan, Pinochet declaró que si Chile antes estaba solo en su estable oposición al imperialismo soviético y su acompañamiento al sistema de la libre compañía, en este momento formaba una parte de una clara inclinación mundial. Chile, resaltaba el dictador, no era lo que había cambiado.
HISTORIA DE LA CREACIÓN DE LA DINA
Justo después del golpe militar, se le entregó al General Nicanor Díaz Estrada, de la Fuerza Aérea, la compromiso de llevar a cabo la coordinación entre los distintos organismos de seguridad correspondientes a las diferentes ramas de las FF.AA. y que hasta ese instante funcionaban de manera autónoma.
A dicho efecto, Díaz Estrada reunió a los directivos de los distintos organismos – SIM, SIN, SICAR y SIFA – y asignó las tareas prioritarias para cada servicio con relación a la opresión del ‘ izquierda.