¦Domingo 27 de marzo de 1977: Poco tras las 17 horas, 2 reactores Jumbo colisionan sobre la pista de despegue del campo de aviación de América. Por norma establecida, los accidentes de aviación se generan atendiendo no a una causa única y única, sino obedecen a la concatenación de una sucesión de componentes íntimamente relacionados entre sí. La catástrofe aérea de los Rodeos es un excelente ejemplo de esto. Pero, además de esto, esa tarde de marzo de 1977 pareció tal y como si nuestro demonio hubiese ejercido de profesor de liturgias en el mucho más grave incidente de la narración de la aviación comercial ocurrido hasta nuestros días.
Secuelas
Tras el incidente, y asimismo gracias a la apertura del campo de aviación de Tenerife Sur, el número de usuarios en Tenerife Norte fue degenerando pausadamente hasta a la entrada en servicio de Binter Canarias y otras compañías regionales (Illes Airways) que le prosiguieron, que supusieron el renacimiento del campo de aviación, que ha experimentado varias ampliaciones y novedades desde ese momento. Hoy en día está modernizado y acoge vuelos nacionales y también de todo el mundo.
Como resultado del incidente, se generaron una sucesión de cambios en lo que se refiere a las regulaciones de todo el mundo. Desde ese momento, todas y cada una de las torres de control y pilotos tienen que emplear oraciones recurrentes en inglés y se comenzaron a disponer en los aeroplanos métodos de navegación automáticos por niebla. Asimismo se modificaron los métodos de cabina, dando mayor énfasis a la toma de resoluciones conjuntas entre los distintos integrantes de la tripulación. Específicamente, está terminantemente contraindicado decir despegue (Take-off) en fases que no sea exactamente la de despegue. En su lugar va a haber que charlar de «salida» (Departure).
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Mientras que los aeroplanos cubrían sus respectivas sendas hacia La Palmas, componentes del Movimiento por la Autodeterminación y también Independencia del Archipiélago Canario, bomba en las instalaciones del Campo de aviación de Enorme Canaria, la que explotó precisamente a las 13:15 LT, causando el cierre del aeródromo y el desvío de todos y cada uno de los vuelos que llegarían al mismo.
Tras el cierre del campo de aviación gracias a la explosión, los vuelos KLM4805 y PAA1736 se dirigieron al modestísimo Campo de aviación de Los Rodeos, a 25 minutos de distancia, en la isla vecina de Tenerife, localizado en un valle en las faldas del monte Teide (el tercer volcán mucho más grande de todo el mundo). El aeródromo por ese momento tenía elementos muy limitados para atender aeroplanos de las especificaciones y demandas de los llamados “Jumbos” que llegaron para aguardar la reapertura de su campo de aviación de destino.