armilla dia de la aviacion aviones

Escasas cosas hay en la vida que generen mucho más alegría que regresar a localizarte, por lo menos te lo esperas, con un viejo y amado amigo con quien perdiste el contacto ahora hace bastante tiempo, y que por consiguiente creías perdido. ¡Qué sorpresa al admitir la cara en medio de una calle, qué sensación espectacular ahora la vez de incredulidad, no puede ser, afirmas en voz alta, pero si andas igual! Y sucede que la memoria, desprendida en estas situaciones, ignora arrugas y canas, los años se marchan de un plumazo eliminados en un abrazo, y todo en el momento en que hiciste juntos otrora regresa a la cabeza con exactamente la misma lozanía que si hubiese pasado ayer. Pero, ¿y si el amigo no es de carne y hueso? ¿Y si es imposible identificarlo en la primera pues, para llevarlo a cabo algo mucho más bien difícil, se muestra disfrazado?

El día de hoy es miércoles 18 de mayo. En las áreas de trabajo de la FIO me reciben Ramón Ortega, que ha propiciado este acercamiento, y Quique Bueno, que me saluda con su frecuente simpatía. Siempre y en todo momento recordaré mi primer día como voluntario, en el momento en que llegué despistado sin comprender por dónde ingresar ni con quién iba a charlar. Entonces me hallé con él, que venía caminando en dirección opuesta, y en el momento en que le pregunté se volvió en redondo y me acompañó en lo personal, dándome las gracias él a mí sencillamente por haber venido. De esta manera es Quique. Ramón le dijo que vengo de realizar un vuelo y él me solicita datos. O sea como chocarte con Induráin y ponerte a contarle que terminas de ofrecer un recorrido en bicicleta, a él que ganó cinco Tours y 2 Giros, pero conociendo a Quique sé que su interés es sincero, conque mientras que aguardamos que se reúna con nosotros Carlos Valle, que está concluyendo de atender una llamada en el despacho de al costado, les hablo de mis aventuras a estos 2 “expertan” y me llevo de obsequio algún consejo. El ámbito para esta charla no puede ser mucho más propicio. Toda vez que echo una ojeada a lo que nos rodea múltiples décadas de Aviación me devuelven la mirada. El moblaje y paredes están cubiertos de maquetas, distintivos aeronáuticos y fotografías enmarcadas con imágenes de aeroplanos, pilotos, mecánicos y voluntarios de la Fundación. Entre todo lo mencionado resalta un retrato de Ladislao Tejedor, al que siempre y en todo momento disponemos presente.

Patrulla PAPEA

Formada por catorce saltadores, representan a la élite del paracaidismo español; inmensidad de premios y reconocimientos a escala global les apoyan.

Entre los aeroplanos mucho más simbólicos del Ejército del Aire. Se fabricó en 1971 pero, en la actualidad, prosigue atravesando el cielo. Además de esto va a ser el solicitado de la publicación de la patrulla PAPEA.

De 1922 en la Guerra Civil de españa

En los años siguientes el aeródromo fue desarrollándose y medrando, ensayando múltiples ensanches. Poco tras la inauguración se acabó el taller de montaje y nuevos inmuebles anejos, trasladando a uno el servicio de meteorología desde la Facultad de Granada. El 18 de abril de 1925 un trágico hecho dio un giro brusco al devenir del aeródromo de Armilla. El jefe del aeródromo, comandante Dávila y su mecánico el soldado Juan Jiménez Ruiz se dispusieron a volar en un Bristol, el aeroplano despegó con normalidad, pero al poco tiempo logró un viraje que le logró ingresar en barrena derruyendo la línea telegráfica estrellándose contra el suelo, lo que provocó la desaparición de los 2 pasajeros.

Si bien España llegó de manera tardía a los enormes vuelos en relación a otros países de europa, debido primordialmente a que volcó sus energías y elementos en la Guerra de Marruecos. Fue desde 1926 en el momento en que este país va a ver materializadas genuinas hazañas aeronáuticas, fruto de un esfuerzo sostenido a lo largo de años de servicio, habitualmente anónimo. Charlamos de los enormes vuelos de la aviación militar de españa: la proeza del Agregado Ultra de Huelva en Argentina, la Escuadrilla Elcano de La capital española en Filipinas, la Patrulla Atlántida de Melilla en Guinea Ecuatorial y mucho más tardío, pero no menos esencial el viaje de Jesús del Enorme Poder desde Sevilla a Brasil. Todas y cada una estas enormes hazañas tuvieron relación de una manera u otra con Granada y el aeródromo de Armilla.

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