arma de aviacion del ejercito guerra de marruecos

El norte de África es una caldera a puntito de reventar ya hace varios años, pero en este momento está registrando una carrera armamentística insólita.

Diarios marroquíes reportan de la adquisición por Marruecos de 4 aeroplanos espías G-550 ¿Por qué razón España hace regalos a Marruecos mientras que Mohamed VI desaprovecha de este modo el dinero?

PRIMEROS

“La contundente mutación sicológica de la milicia de españa que tras el fracaso digerido en el ‘Desastre de Annual’, volteó la inercia de la inercia de la profesaban hacia las tribus indomesticables en arrebato y deseo de revancha en el septentrión marroquí, transformándolo en arma irrevocable para tornear la derrota determinante de la revuelta bereber”

La interposición aeronaval por sí osada, se marcha unificar múltiples ámbitos tanto españoles como franceses. Con el propósito de sortear una concentración rifeña al propósito, pero más que nada imposibilitar un refuerzo repentino del ejército cabileño, se precisaron los frentes terrestres españoles del este y oeste, al paso que se hilvanaron ejercicios demostrativos en puntos de la cuesta, emprendiéndose acciones terrestres francesas en los límites fronterizos entre ámbas zonas del Protectorado. Como consecuencia de todo ello, en 26/VIII/1925, empieza en la guarnición de Ceuta las operaciones de carga en los buques de transporte, y también idéntica maniobra se ejecuta en Melilla el 2 de septiembre. Pero en medio de una etapa de embarque, un día después se interpone una acometida rifeño sobre la situación de Cudia Tahar en el ámbito de Tetuán, tal como en Issonal, en la región francesa. Para ser mucho más exacto en lo fundamentado, el 5/IX/1925, las Fuerzas Coloniales de Ceuta abandonan el puerto con rumbo a Uad Lau, para hacer el simulacro señalado en los proyectos de operaciones para enmascarar los movimientos previstos. Este convoy era custodiado por las Fuerzas Navales del norte de África y sus pertenecientes estaban delegados en siete transportes. También, las Entidades de la Agrupación Oriental y las Harkas de Soliman el Khatabi y Moh Asmani han recibido la consigna de embarcar en el río Martín, llevando veinticuatro barcazas tipo K de las veintiséis que contaba, en tanto que la Brigada Saro entraría en acción en el primer peldaño a lo largo de la ocupación. Más tarde, se incorporaría la Flota de Instrucción recién venir de la Península así como ingresaría Primo de Rivera acompañado de su Estado Mayor. Esta día habría sendero la columna de Melilla asistida por entidades de la marina francesa, dirigiéndose hacia Sidi Dris para perpetrar una operación de castigo y de distracción que se extendería hasta los días 6 y 7. La misión primordial de la actuación se sustrajo a conseguir el poder de una base de operaciones con la capacidad de albergar y aceptar la maniobra a un ejército de cerca de veinte mil hombres, desde la playa de la Cebadilla hasta Adrar-Sedum de hecho, abarcando Morro Nuevo, Morro Viejo, Cala Bonita, Cala del Quemado, Buyibar, Empalmadero, Taramara, Cala del Monte Malmusi y Monte Palomas. La impresión de hacerse con el macizo de Amekran era fruto de las operaciones impuestas por el contorno abrupto que amortiguaba la resistencia indígena, haciéndolo mucho más vigoroso en las elevaciones y baluartes montañosos, hasta hallar lo antes posible el afianzamiento de la cabeza de playa. Por fin, se trabajaba denodadamente para reforzar y ensanchar la cabeza de playa cuyo premio residía en el control absoluto del área de la Bahía de Alhucemas, como las elevaciones del Morro Viejo, Yebel Malmusi, Yebel Busiluf y Mohamed, con cotas entre 310 y 500 metros. Paralelamente al cumplimiento de la operación establecida, el acompañamiento francés se dilucidaría en una colaboración conjunta en el tiempo con la llegada de destacadas que de sur a norte restablecieran las situaciones en la región francesa del Alt Uarga , y también invadiendo las divisorias meridionales del Rif, además del soporte directo de las fuerzas marítimas y aéreas. Sin esperar efectuar una narración descriptiva del plan de operaciones por la extensión limitada de estas líneas que solo me deja esbozar una panorámica general se encontraba comprendido en 4 fases bien establecidas. Primero y ejecutado en un único día, se desarrollarían muestras sincrónicas de las columnas de Ceuta y Melilla sobre Uad-Lau y Sidi-Dris. Segundo y con 40 y ocho horas de período, los dos núcleos descenderían consecutivamente, el primero procedente de Ceuta lo haría en la playa de la Cebadilla con el pedido de buscar Morro Nuevo y ordenar un sólido frente defensivo; y el segundo, derivado de Melilla, que hasta el momento estaría insistiendo en la demostración frente Sidi Dris, por su parte, se subdividía en 2, de los que el de vanguardia empleando las barcazas que la columna de Ceuta le facilitase, realizaría muestras sobre los litorales emplazados en oriente de Morro Nuevo, para desembarcar donde encontrase menos resistencia, o en exactamente la misma playa de la Cebadilla, si las incidencias actualmente lo proponen. Toda vez, que la segunda fracción embarcaba y como reserva, podía ser engastada en donde se le solicitara. Tercero, gravitaría en la gestación del siguiente avance, sin concretar los días oportunos para reconstituir las entidades. Y cuarto, se puntearía una ofensiva determinante con la intención de expandir y consolidar la base de operaciones para protegerse de los fuegos contrincantes. Llevadas a cabo las muestras anfibias frente Uad-Lau y Sidi-Dris, a última hora del día 7, las embarcaciones que trasladaban a las fuerzas se presentaron en la región marcada.

helicoptero

No obstante, las condiciones perjudiciales del mar y el ímpetu incontenible de las corrientes marinas entorpecieron cualquier intento por realizar el horario fijado y el desembarco se postergó hasta la mañana siguiente. Ahora con las primeras luces del día 8 se reunieron en varias millas de la costa del Morro Nou las barcazas K con sus propios remolcadores. Para el hostigamiento de los refugios rifeños se contó con la artillería naval y terrestre, en tanto que desde el Peñón de Alhucemas a las piezas no les quedó otra que usarse intensamente. Además de esto, era preciso integrar el castigo producido por las piezas navales de la escuadra de españa y la escuadra francesa, siguiendo un diseño de fuego que se prorrogó entre tres y 4 horas desmantelando cualquier rendija de refuerzo y resistencia. En este momento, reunidas las diferentes barcazas que debían integrar la punta de lanza de los embates del desembarco, se entabla una maniobra audaz, decidida y osado, madurada y preconcebida para alojar a las tropas en exactamente el mismo enclave estratégico de la rebeldía cabileña y de esta forma comprimirla hasta asfixiarla. Consecuentemente, si desde tiempo inmemorial era conocido que para la pacificación del avispero marroquí había que conseguir el poder de la Bahía de Alhucemas para, desde allí, distribuirse sobre el resto de la zona, el Día D de la Guerra del Rif representó el punto de cambio de una temporada teñida de mal, pero asimismo, el principio del fin de una guerra que extenuó a la nación y selló de manera imborrable varias generaciones. En la combatividad aérea debieron regularse brillantemente las aeronaves de la Aviación Militar y la Aeronáutica Naval De españa y la Aeronavale Francesa, adjuntado con la escuadra combinada hispano-gala para mantener la penetración de las tropas hispanas, la consolidación de las playas y la progresión hasta Axdir, centro demasiado esencial y definitivo de la perturbación del caudillo rifeño. Merced a esta acción militar sin parangón, vino la paz y con ella han quedado abortadas las envueltas tensiones sociales y políticas que la conflagración había impulsado. También, desapareció la hemorragia de hombres a los que el pueblo liso le tocaba poner la cuota de sangre y una parte de la emigración movida por ella, mucho más el ahorro de dinero que ha podido ocuparse de forma exclusiva a inversiones públicas. Sin rehuirse, que este acontecimiento predispuso la institucionalización del régimen con el segundo orden de Primo de Rivera, dando cabida al directorio civil de signo tecnócrata y con esto se abordaron reformas postergadas. Como es ostensible, tras el conclusión de Alhucemas se vio incrementado el maltrecho prestigio colonial y, por su parte, se robusteció el espíritu solícito de la nación, estando capacitada para agradar sus compromisos y viéndose dilucidado a aspirar a un espacio perdurable en el Consejo de la Sociedad de Naciones ahora arreglar el tema de Tánger. Y sucede que, la intensificación increíble de la rivalidad, eficacia y positivismo de los integrantes de las Fuerzas Coloniales de España en Marruecos le dejó asumir un propósito rotundo, sin que su sospecha se vislumbrase reprimida por el influjo político de turno, por otro lado, proclive a continuar la corriente con la rebelión, si bien comparablemente se indagara una salida política. Para finalizar, la contundente mutación sicológica de la milicia de españa que tras el fracaso digerido en el ‘Desastre de Annual’, volteó la inercia de la apatía y el estigma que profesaban hacia las tribus indomesticables en arrebato y deseo de revancha en el septentrión marroquí, transformé en arma irrevocable para tornear la derrota determinante de la revuelta bereber.

En el momento en que se realizó el cómputo de lo que ocurrió en Marruecos entre noviembre de 1913 y julio de 1927, se vio que habían fallecido 79 aviadores y que se habían perdido 139 aeroplanos. Lo mucho más bien difícil de saber es cuántos muertos hubo en contrapartida entre la población civil del norte de Marruecos gracias a la acción de los bombardeos aéreos. Los asaltos por sorpresa contra zocos y aduares se repitieron incesantemente a lo largo de años, y localidades como Axdir y Chauen fueron bombardeadas en reiteradas ocasiones. De las especificaciones que quedaron de los bombardeos, y que fueron publicadas con regularidad por la prensa, se deduce que las víctimas de estos asaltos iban desde cientos a unas realmente pocas personas. Sabiendo que se ha podido sostener en vuelo algo mucho más de cien de aeroplanos a lo largo de los cinco años que van desde 1922 a 1927, y que estos efectuaban continuas “acciones de castigo”, el total de víctimas puede subir a miles , indudablemente multiplicando por cien la cifra de aviadores fallecidos. Otros efectos aún mucho más bien difíciles de cuantificar fueron la dificultad ocasionada por la destrucción de las cosechas por bombas incendiarias, o aun el incremento de las situaciones de malformaciones genéticas y cáncer en un largo plazo por los bombardeos con gas mostaza.

La cuestión es que esta guerra colonial fue el acto fundacional de la aviación militar de españa, como ha dicho su alma mater, Alfredo Kindelán, hace ahora varios años. Para los soldados rasos españoles y para los campesinos y cabelleros del norte de Marruecos fue una temporada de fatiga y padecimiento que dejó una marca imborrable en la historia habitual de los dos países.

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