alferez provisional aviacion nacional guerra civil

Desde prácticamente las primeras semanas de guerra, una vez vista la necesidad de mandos, comienza a darse este fenómeno, por consiguiente tenemos la posibilidad de recrearlo desde prácticamente los primeros acompases de la guerra civil.

Así mismo por poner un ejemplo en el mes de agosto el decreto número 30 de la Junta de Defensa Nacional ahora emite a la orden de «ascenso automático» un puesto en el escalafón a los brigadas, sargentos y cabos de todas y cada una de las armas y servicios, de la misma forma en el mes de septiembre de 1936 ahora empieza las academias de alférez provisional saliendo las primeras ofertas un mes después.

Volviendo a crear 2 aviadores del Krone

El trabajo de recreación se apoya en las pocas imágenes que disponemos de esos primeros vuelos del norte, singularmente las del Monospar de Navamuel, donde se le puede ver a compañía de Esteban Bruno en el aeródromo de Llanes posando enfrente del avión con milicianos y personal de cuidado, lo que incluía la visión de los lanzabombas que le fueron montadas en Lamiako, de la misma se realizó con las Miles. La escenografía se ha beneficiado de otros trabajos relacionados con la aviación republicana, como el que hicimos hace tres años en La Sénia, lo que nos permitió reconstruir el aparato del binomio Yanguas-Otaño con cazadora y/o chaqueta , casco de vuelo, lentes y también indumentaria civil de inspiración militar, vertiendo las fundas de las pistolas.

aviones

El instante escogido es el rápidamente previo a la guerra de Villarreal, con lo que Yanguas luce el gorro de aviación con estrellas de teniente, propias de los aviadores militares de los dos bandos en ese periodo. Nuestros recreadores Eneko Tabernilla y Eder Artal aceptaron el reto de poner en valor una aeronave tan simbólica que jamás se había trabajado antes en recreación histórica, encargándose un servidor de planear la escenografía, que sucedió a lo largo de la exhibición de la FIO del domingo 5 de junio. Como señalamos en el producto previo que se dedica al Stearman, el ámbito fue increíble y nos encontramos muy agradecidos de haber contado con la colaboración de todo el plantel de la Fundación –nuestra primera preocupación no es entorpecer en las tareas de exhibición y puesta a puntito de las aeronaves –, lo que facilitó en buena medida el trabajo de nuestro fotógrafo Valischka, pese a las adversidades propias de conseguir imágenes en un día tan soleado como el que se vivió en aquella mañana de primeros de junio.

El teniente conduzco se fotografía al lado de su máquina, la avioneta Miles Falcon conseguida en el aviador británico Andrew Farquhar en París en el mes de agosto de 1936 (Valischka).

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